Quienes nos dedicamos a esto de manera profesional, sabemos que uno de los mas grandes riesgos de la comunicación estriba en que, como es algo que todos practicamos desde que nacemos, cualquier tarugo se atreve a abrir la boca y a hablar al respecto, con las nefastas consecuencias que ahora estamos viviendo -y muriendo- en lo que al coronavirus respecta.
Lo bueno y lo malo, al mismo tiempo, es que el problema de salud no ha hecho más que exhibir la incompetencia del gobierno de la 4T tanto en éste como en todo en general. Si la campaña de concientización de la población se hubiera realizado a como dictan los cánones, lo primero que debió haberse hecho fue una investigación del mercado, para conocer la opinión de la gente de todo tipo acerca de la enfermedad y de sus consecuencias. Incluso con sesiones de grupo y toda la cosa. Ahí se hubieran encontrado con lo que ahora es obvio: que debido a la irresponsabilidad que, por falta de educación, con la que algunos gobiernos enfrentaron la pandemia, (¡ahí te hablan Andrés Manuel!), la gente sigue creyendo que el COVID 19 puede enfrentarse con una alta tasa de probabilidades de supervivencia: es un riesgo que hay que correr, vamos. Sobre todo cuando uno vive al día y tiene que luchar a diario por las tortillas.
Y el común de la gente piensa: “total, si me enfermo, que me lleven al hospital para que me alivie”. Y añade “ya estaría de Dios”. Lo cual nos lleva a descubrir la primera gran mentira que la 4T ha estado manejando en lo que toca al coronavirus: la infraestructura de salud del estado mexicano no estaba preparada para una epidemia de este tipo. Porque, para acabarla de amolar, en el más puro estilo de Juan Camaney, López Obrador no hace mas que presumir de que el gobierno puede con todo ya que lo que le sobra es capacidad, (“pregúntame, cabrón, pregúntame…”). Y no es cierto.
Tan no es cierto que la 4T y sus lambiscones insisten en el “quédate en casa para que no te enfermes” (que tampoco es cierto), cuando el mensaje debería decir “aguas: si te enfermas no va a haber en donde te cures”. Pero, insisto, para eso hay que saber.