Con el riesgo de parecer un vejete anticuado, insisto en que no acabo de comprender el verdadero propósito de la Alianza por el Valor Estratégico (AVE), que se supone vino a sustituir a la AMAP, pero a la que no le encuentro ni pies ni cabeza.
Su anterior presidente, Sebastián Tonda fue siempre de bajo perfil en un puesto en donde se necesita todo lo contrario.
El pasado 07/01/XXI nuestro colega Raúl Huitrón publicó en su columna de Reforma cómo está eso de la nueva mesa directiva de AVE… ¡y sigo sin entender! No me queda claro, para nada, cuál es el perfil real de las empresas que integran a esa asociación ni cual es su objetivo real.
Su filosofía institucional “impulsar el poder de las marcas para agregar valor a la economía, a las personas y al país” se oye más como una frase demagógica, de esas que la 4T suelta en las mañanas, que como un programa de trabajo basado en la realidad. Porque lo digital ya llegó, ya se integró y ahí está, como una herramienta más de la actual comunicación comercial. Es importante, más no la única.
Me parece por demás correcto de que ahora lo más importante sea la estrategia, pero me parece que las personas de AVE están hechos bolas y que no alcanzan a concretar su argumentación. Ya están igual que la 4T, (otra vez), con las vacunas de la 4T. ¿Qué no sería mejor una asociación con nuevos socios, pero con propósitos más claros? Digo, pocos pelos, pero bien peinados.