El pasado viernes 24/08/18, IFAHTO, la agencia de Fernando Famanía nos invitó a un evento de Toyota en donde, conforme a la tradición de esa agencia, todo estuvo perfecto: en una bella explanada, frente al Cárcamo de Morelos, se instaló un moderna carpa, en la que se pusieron mesas, sillas y demás cosas necesarias para que desayunaran más o menos 150 personas.
El menú corrió a cargo de Banquetes Ambrosía quien, también como siempre, se lució con la cocina y el servicio. ¡Y yo que pensaba que cárcamo era alguien viejo! Ahí me vine a enterar que es también sinónimo del lugar en el que se almacena y distribuye agua.
Las instalaciones, que se conocían como la fuente de Tlaloc, fueron construidas, a principio de la década de los cincuenta del siglo pasado, por el mismo arquitecto que construyó a la UNAM. Y fueron espléndidamente decoradas por Diego Rivera, quien pintó en sus muros diversos temas acuáticos y en donde se ve a la hija del pintor, Ruth Rivera quien, además, fue la primera arquitecta que se recibió como tal en este país.
Lo que más sorprende de la obra del célebre gordo es que pintó esos murales del cárcamo para ser admirados a través del agua, (como en una alberca)… sólo que ésta, a los pocos años, empezó a destruir la pintura y ¡hubo que rescatar al mural de forma íntegra!
Conclusión: tal y como ahora está el Cárcamo de Dolores es algo que vale mucho la pena conocer y admirar: les recomiendo que no se lo pierdan, mis queridos lectores. Solo que… ¿qué creen? Que al retirarnos una de las organizadoras me dijo que aún no tenían el boletín de prensa y que luego me lo mandaría.
Cosa que ya se está volviendo costumbre entre las agencias de México, por lo que aprovecho para poner mi queja porque no me parece justo que nos dejen hasta el final a nosotros, los reporteros de esta sufrida fuente.