Es innegable el avance del protagonismo de la figura femenina a nivel global en los años recientes. Mujeres que asumen el liderazgo de empresas y marcas, en donde la nomenclatura ‘CEO’ va derribando lentamente el estereotipo mental acerca de un hombre de traje y corbata que toma decisiones importantes.
El truco está en que, al menos en nuestra cámara de eco, pareciera mayor el avance, ya que la visibilidad y el shareability de estas noticias es alto. Sin embargo, en todo el país la realidad es todavía muy adversa.
México tiene la segunda participación más baja de mujeres en su fuerza laboral dentro de los países agrupados por la OCDE, solo detrás de Turquía, donde 4 de cada 10 mujeres tienen un trabajo fuera del hogar.
Menospreciar estos datos no solo desatiende una cuestión social sino económica, donde está demostrado que la reducción de la brecha de género tiene el potencial para impulsar el Producto Interno Bruto de nuestro país (PIB) hasta un 70%, de acuerdo a cifras tanto del INEGI como de la misma Secretaría del Trabajo y Previsión Social.
En el mundo de las agencias de publicidad, nuestro sector parece ser una industria con paridad de género si se evalúa desde el punto de vista de la inclusión de las mujeres como fuerza laboral, ya que representamos el 49,5% de los ocupados.
Pero, si ponemos atención en la data dura, la realidad es que mientras más alto el puesto, menos mujeres se encuentran y eso incluye la dirección de las agencias de red e independientes.
Este año el ganador de plata en print dentro de Young Lions del Círculo Creativo mostró a todos los hombres de la industria cruzados de manos ante esta situación. Y ese print es muestra que no ha cambiado tanto desde que Merca 2.0 publicó su Top Ten de los creativos más admirados hace 2 años, donde no figuraba ni una sola mujer. Aunque pasan varias cosas que son muy esperanzadoras:
- Las personas ya cuestionan y critican cuando un panel, un ranking o un jurado tiene poca participación femenina. El movimiento “No sin nosotras” impulsa ejercer esa presión social en todo Latinoamérica.
- Se publican artículos de cómo la pandemia ha equilibrado un poco esta cultura dominada por hombres, ya que las juntas por Zoom, Teams o Meet, han permitido generar un discurso horizontal. No importa si la mujer está atendiendo a los hijos, pues lo que cuentan son sus respuestas y acciones dentro del flujo de trabajo.
Y con esto quiero mencionar lo que pasó este año en el jurado de IAB, donde hubo, por primera vez, más mujeres y yo fui vicepresidenta del jurado, y donde las oportunidades no se dieron solo en cuestión de números.
Tuvimos una mezcla de creativos experimentados, directoras creativas de quienes era su primera vez en un evento así, y clientes, que después de 24 horas de deliberación, con su bebé en brazos, agradecían la oportunidad y el aprendizaje que les había dejado participar en la evaluación de las piezas y las discusiones que se vieron enriquecidas por la diversidad de backgrounds, edades y géneros.
Por último, no quiero dejar de hablar de la publicidad como tal, que juega un papel clave para cambiar la forma en que aprendemos qué es lo correcto y a qué podemos aspirar.
El concepto de representación, está poco extendido. Y se trata de verse a sí mismo en los medios. Si yo tengo un color de piel, una orientación sexual, o un género y tengo role models que se parecen a mí, es más fácil que mis aspiraciones sean más altas.
Lo que pasa ahora es que los estereotipos determinan nuestras creencias y es más difícil eliminar sesgos que aprendemos desde pequeños, reforzados por los medios.
Así que en conjunto, ser observantes de lo que sucede a nuestro alrededor, cuestionar y presionar para una mayor inclusión en el trabajo y en los mensajes tiene buenos resultados de negocio y en el mundo.
Hay que recorrer todavía un gran trecho en nuestro país, tanto social como mentalmente. Abreviar este proceso depende de todos.
Por Ana Marín, Digital Integration & innovation Vicepresident en McCann México.