Después de leer el Wall Street Journal uno llega a la conclusión que el Sr. Sorrell, como presidente de WPP, solo se clavó el cambio: una lanita modesta. Una piscacha, como decimos en México.
Tal parece que el Consejo de Administración del grupo quiso encontrarle algo para correrlo. Así, fueron a encontrar que la esposa del indicado, Lady Cristina Falcone-Sorrell es consejera senior del Foro Económico Mundial y viaja y se da la vida de reina con cargo a WPP: en el 2014 se gastó más de 200 mil dólares en esa buena vida. Y que, además, Don Martin anda de novio con Daniela Weber, directora de WPP Italia, (cuando el chisme sale, sale).
Por su parte, en el 2016 el Sr. Sorrell se gastó 163 mil dólares en pasajes, hospedajes y otras minucias.
Ya en el terreno de las percepciones personales, se supo que Martin Sorrell era uno de los ejecutivos mejor pagados en el mundo y el que más ganaba, en la publicidad, a nivel mundial: en 2015 se llevó 99 millones y en el 2016 48… ¡menos de la mitad! Ahí está la clave de toda esta movida y removida de Sorrell: el modelo de la publicidad de grandes corporativos ya no funciona. Las acciones de WPP han descendido un 35% en los últimos meses y bajaron otro 2% cuando se supo que Sorrell se iba.
El señor cometió demasiados errores en muy poco tiempo. Y su soberbia y vanidad le impidió reconocerlos. Porque no podemos aceptar que traten de dorarnos la píldora bajo respuestas mal manejadas cuando se trata de una corporación del tamaño de WPP, la más grande, diríamos que hasta gigantesca, en el mundo.
Para un corporativo con más de 200 mil empleados y oficinas en todo el orbe, que maneja miles de millones de euros y dólares al año, hablar de menos de 400 mil billetes verdes es referirse a una pecata minuta.
A Sorrell no lo corrieron: él negoció su salida por temor al fracaso y al ridículo.
Que un hecho tan transcendental pueda ser hecho público y analizado en nuestro país se debe, sobre todo, a ti y a los otros publicistas mexicanos que han hecho de El Publicista el medio de este gremio, el vocero y vehículo de unión entre todos los que a esto nos dedicamos. Gracias por hacer de El Publicista “tu medio”.
Espera más detalles.