En 2008, (ya llovió), con bombo y platillo el Grupo Salinas anunció que iniciaba la importación a nuestro país de autos chinos de marca FAW con el propósito de montar algún día una planta de ensamblaje… y no pasó nada.
Al parecer el negocio es demasiado complicado para los alcances de Ricardo Salinas y su tribu, por lo que el proyecto acabó por morirse.
Sin desanimarse, los chinos volvieron a la carga y a partir de 2016 llegaron otras tres marcas SAC, SAIC (con la marca inglesa MG) y BAIC.
De los tres la primera ya cuenta incluso con una planta armadora en el Estado de Hidalgo y vendió en el 2020 casi 5 mil unidades, de cuatro modelos diferentes, a través de una red de distribuidores que cubren todo el país: su principal atractivo es que son autos económicos, aunque la gente duda de su calidad y de su disponibilidad de refacciones y de su servicio de mantenimiento.
Por su parte MG tiene una magnífica imagen gracias a su origen inglés… perdón, antes de continuar, permítanme hacer una pregunta un tato indirecta… ¿cómo está eso que un producto que era inglés es ahora chino?
Pues sí: resulta que muchas marcas inglesas, que podríamos decir que llegaron a ser hasta legendarias, como las motocicletas Roya Enfield y Triumph y los autos MG, Jaguar y otros finalmente quebraron y fueron compradas sus plantas a precio de chatarra por los chinos, quienes se llevaron las fábricas a su país para seguir fabricando allá esos productos, de gran fama pero que ya no se hacen en Inglaterra.
Tal fue el caso de Jaguar, que ahora se fabrica en la India. Y de MG, que se hace en China cuya filial en México vendió el año pasado 2020 más de 2 mil vehículos a través de 19 agencias.
Quien al parecer está en la olla y el año pasado no le fue nada bien, fue BAIC.
O sea que, ya con dos buenas marcas ya bien avecindadas en el país, a las automotrices chinas les falta algo de lo más importante.
¡Y el bisne está en…!
Agarrar una cuenta de autos chinos. Hay que tener paciencia para empezar desde abajo y saber aprovechar los nichos de mercado, pero sin duda se trata de un proyecto por demás apasionante.