Siempre he sido un convencido de la gran calidad y mejor servicio de los automóviles Reanault: su relación precio-beneficio es la mejor del mundo. A lo largo de mi vida he tenido, fácil diez de esos autos y sentí mucho que se hubiera ido de México un tiempo.
Por eso, cuando la marca regresó al país a su tiempo compré una camioneta Duster que estoy pagando en cómodos abonitos. Y que conste que he sido puntual. Por eso me sorprendió que, como no estuve por estos lares y me retrase seis días en pagar la mensualidad de mayo vine a encontrarme con un apercibimiento, que un maleante llevó a mi domicilio para amenazarme que me iban a quitar el vehículo… ¡por seis días de retraso!
Y no solo eso: como a la hora de abrir mi expediente me solicitaron 3 referencias, (a los que luego, obvio, tratan de venderles), llamaron a una comadrita, a mi cuñado y a mi tía, para decirles: “dígale a su pariente que le vamos a quitar el coche porque no paga…”, (a mi pobre comadrita por poco le da el soponcio)… ¡por seis días de retraso!
Como si el uso indebido de datos confidenciales no fuera un delito, todavía los malechores hablan al celular del deudor cada media hora y ponen una grabación, en voz de una vieja extranjera, amenazando con “bloquear el vehículo para que ya no camine si no paga”… ¿qué eso no es ilegal… pues cuándo le pusieron a mi camioneta esa chunche que ni me avisaron… qué no les alcanzó ni para pagarle a una locutora mexicana? Y todo ¡por seis días de retraso!
Antes, yo sabía, podía uno retrasarse en sus pagos hasta 3 meses sin que lo fastidiaran los cobradores, pero en el caso de Renault no es así. Indignado, que me voy a checar la letra chiquitita del contrato en cuestión y SÍ: los maleantes aseguran ahí que tienen derecho a quitarle a uno el carro, (aunque ya casi esté pagado totalmente) con tan sólo un mes de retraso.
Ya entrados en gastos, que me sigo leyendo la letra chirris y el mentado contrato es una mentada de madre para el cliente. Y le está dando en la madre, insisto, a la buena imagen que otrora tuvo Renault… ¿de qué sirve que el fabricante y sus agencias de publicidad y de distribución se esmeren en hacer lo mejor si contratan abogangsters para su cobranza? Con razón me sorprende, ahora lo mal que habla la gente de Renault de México.
Siguiendo el hilo de la felonía vine a descubrir que el despacho encargado de esas diligencias en nombre de Renault se llama Grupo Impulsor, (que igual podría ser Extorsionadora, S.A.) y su titular, cuando no es Al Capone, se llama Víctor Avilés. Ah: y el chalán que mandaron a mi casa a meterme el susto es un dizque licenciado, más bien tinterillo, de nombre Sergio Quijano, (tiene nombre de personaje de La Familia Burrón).
Ya estoy pidiendo a nuestro departamento legal que tome cartas en el asunto y que demande a la pareja de cómicos de Víctor y Sergio por el mal uso que los señores hacen de los datos que se les confían. Y por el uso de contratos claramente anti constitucionales: vamos a ver de cómo nos toca. Mientras, recomiendo a nuestros queridos lectores dos medidas precautorias:
1º Reenvíen esta nota para que se viralice.
2º Absténganse de comprar autos de la marca referida: no vale la pena hacer tantos y tantos corajes.