Si hubiera que elegir al peor empresario de los medios de comunicación en este siglo XXI Francisco Aguirre Gómez, del Grupo Radio Centro, sin duda ganaría por default: desde mediados del siglo pasado el señor se dedicó a hacer burradas sobre burradas hasta que la empresa ya no pudo mas.
Pusieron de patitas en la calle a Francisco y a su descendencia y ahora el corporativo puso al frente a un especialista financiero que está manejando a Radio Centro de manera obvia: vendiendo cuanto se pueda… ¡dicen que hasta su edificio de Av. Constituyentes en Lomas Altas ya lo andan vendiendo!
Lo que sí se sabe es que ya muchas estaciones del Grupo OIR de provincia, tanto de AM como de FM, ya están siendo vendidas porque a ese corporativo le urge la lana para subsanar los recursos que Panchito dilapidó por insistir siempre en que “él tenía otros datos”. Y es que la verdad ya perdimos la cuenta de hace cuántos años que Radio Centro dejó de usar los ratings de sus audiencias por no estar de acuerdo cuando esas mediciones acusaban su continua pérdida de audiencias.
Como las avestruces, el Sr. Aguirre prefirió poner oídos sordos, (sordera en la radio… ¡háganos ustedes el favor!), cuando las cosas no sonaban como él ordenaba y los tristes resultados saltan ahora a la vista y al oído. Incluso en la CDMX, después de haber contado con casi 10 estaciones entre AM y FM en el cuadrante, Radio Centro ya solo cuenta con tres.
Para Repley: apagaron Radio Sinfonola. Y se mudaron ahora sí que con la música a otra parte con Radio Universal.
Podríamos pasarnos todo el día comentando y exhibiendo los erros de Francisco, pero la verdad ya nos da pena ajena: para lo orgulloso que él era, el ridículo por el que está pasando ha de ser un infierno.