Si hace años la primera serie en Netflix fue un éxito rotundo ello se debió a que ese lanzamiento, nuevo en muchos aspectos, estuvo muy bien apoyado por una hábil estrategia en medios exteriores, en la que participaron estructuras urbanas de todo tipo y que tuvo una gran recordación.
Con esa idea en mente –y viendo que ya otras muchas empresas de streaming han seguido ese exitoso caso- nosotros supusimos que la segunda parte de Luis Miguel: La Serie iba a hacer otro tanto para alcanzar, no solo el mismo número de impactos, sino hasta para superarlos. Y no fue así: en lugar de la vía pública ahora la estrategia de publicidad de dicho producto se fue a medios impresos, solo unos cuantos, de preferencia en periódicos.
Tengo la impresión de que el apoyo editorial, que antes se pagaba, ahora se negoció junto con una pauta bastante raquítica. Lo que nos lleva a la pregunta obligada: ¿Pues en dónde están los industriales del exterior… qué están haciendo AMPE, CEMU y demás asociaciones que presentan a los publicistas en la vía pública?
Porque, conforme a lo antes expuesto, era para que Netflix repitiera su éxito volviendo a comprar medios exteriores para ese nuevo lanzamiento. Y no fue así… ¿Quién se durmió?
Ya antes señalamos aquí el grave error que cometieron la mayoría de las agencias de medios, el año pasado, al recomendarle a sus clientes anunciantes la cancelación de campañas en la calle que dizque “porque en la calle no hay gente por la pandemia”. Cosa que, ahora nos consta a todos, nunca sucedió.
Así las cosas, después de ese tremendo bajón en la contratación de sus espacios, los empresarios con estructuras en la vía pública continúan con los brazos cruzados, en espera de que la situación se resuelva por sí sola en lugar de llevar a cabo una más agresiva campaña de ventas, RP y publicidad para darse a notar y reclamar para sí los logros que ya han tenido.
Siéntense a esperar mientras los demás les comen el mandado.