El pasado martes 31/05/18, en una fecha que sin duda pasará a la historia, el H. Congreso de la Unión de este país, por votación unánime, decidió instituir el 15 de agosto de cada año como al Día Nacional del Cine Mexicano. Así, por decreto. Y con el objetivo de reconocer el aporte cultural e ideológico de la producción cinematográfica nacional, así como para promover estímulos a la industria. Y como se publicó en el Diario Oficial al día siguiente, el 01/06/18, ahora sí que, valga la redundancia, ya es oficial.
Enseñando el cobre de que no tienen ni idea de los que es la industria cinematográfica nacional, muchos de los involucrados en esa industria lanzaron iniciativas como que “ese día solo se exhiban películas mexicanas en la cartelera”. O que “ojalá llegue a ser tan importante como el Día de las Madres”.
Jorge Sánchez, director de la Cineteca Nacional no supo ni qué contestar al reportero y se limitó a afirmar que “en eso estamos trabajando”.
Por su parte Ernesto Contreras, presidente de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas pidió “igualdad de condiciones de exhibición”, (otro tarugo). Todos eso especialistas ignoran que la producción de anuncio publicitarios, (más de cinco mil de ellos al año), es la parte más robusta de una industria que genera el 15% del PIB, en lo que a cultura se refiere en este país.
Y que se encuentra en grave riesgo porque ahora los clientes-anunciantes, con las debidas y honrosas excepciones del caso, están pagando a 180 días a esas empresas que, a menudo, tienen que pagar al momento a su personal, (porque el que no trabaja -y no cobra- al día, no come).
De entrada, el primer mal ejemplo de ello es Bimbo, quien paga a sus productoras a 180 días… y luego se cuelga. Al parecer, todo el origen del problema parte de Walmart, la tienda mayorista más importante de México, que vende de contado, pero paga a sus proveedores a las mil quinientas. De hecho, para que Walmart pague un primer pedido a uno de sus proveedores, pongamos por caso a un fabricante de gelatinas, este tiene que resurtir ¡9 veces! Antes de que le liquiden su primera entrega.
Walmart se jinetea el dinero de los pobres y por eso lo han corrido de infinidad de países, como Alemania, en donde no lo han dejado sangrar a la economía: su negocio no es el comercio, es la usura. Usura con la que está acabando con el cine mexicano.
¿Una petición para el Día del Cine Mexicano? Que corran a Walmart de México: a ver si se nos hace con el nuevo gobierno.