Nos hemos pasado todo el mes de enero soportando un aluvión de malos comerciales de ene cantidad de partidos políticos: se nota que a los señores ya se les hizo la triste fama de malas pagas y ahora, como ningún profesional les quiere trabajar, se han visto en la triste necesidad de ser ellos, los partidos, quienes hagan sus propios textos y spots… ¡y están haciendo el ridículo!
Antes de seguir con esta perorata en contra de los maletas y desorganizados, quiero aprovechar este espacio para mandar mi más justo reconocimiento a la radio en México. Se trata del medio que mejor ha manejado a la pandemia: aprovechando el confinamiento del auditorio, la radio ha respondido a esa ociosidad forzosa con una programación fresca y novedosa, a la altura de las circunstancias, con lo que la gente, agradecida, en números redondos escucha ahora un 25% más términos absolutos: no que la TV, que tuvo la misma oportunidad de oro y la desperdició, está ahora por la calle de la amargura. Pero advierto que me estoy saliendo del tema, vuelvo a él.
Hace unos años oí un anuncio para el diario brasileño Folha de Sao Paulo que afirmaba que “diciendo muchas verdades, se pueden ocultar muchas mentiras”. O, lo que es lo mismo “si repites una mentira hasta el cansancio, la gente va a terminar creyéndola”. Eso lo dijo Joseph Goebbels. Y lo ha hecho, aquí, nuestro ahora covidoso presidente: se la ha pasado diciendo que la mayoría está con él.
Y no es cierto, por favor, lector querido, voltea a tus lados y pregúntale a quien quieras cómo le cae AMLO y vas a comprobar que nadie quiere ya a ese señor. Pero él repite y repite lo contrario esperando que nos lo traguemos: lo malo es que ahora otro partiducho nos quiere hacer la misma jugarreta afirmando en sus anuncios de radio “todo mundo se está pasando a la izquierda…”, ¡a la chueca nos quieren ver la cara!
En fin, que la contienda política en los medios, con estos maletas, parece ponerse de lo más divertido… ¡qué nadie se mueva de sus asientos!