Como que ya la 4T no me está gustando: sus puntadas son las típicas de quienes todo lo quieren manejar sin la más mínima planeación. Así, con el pretexto de armar una nueva ley de Cinematografía (¡?) la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), viene ahora a proponer “que se prohíba el doblaje al español de las películas y series extranjeras”. O sea que se exhiban como vienen, si acaso con subtítulos.
¿A honras de qué, o cómo, o para servir a quién se propone una iniciativa que vendrá a darle en la madre a una industria que genera al país miles de empleos y miles de millones de dólares cada año?
¿Se trata de ser populistas a lo güey?