Insisto que, en la CDMX, la forma más lacerante de producción es la extorsión que la policía ejerce sobre las compañías productoras que eligen como locaciones las calles de esta ciudad en las que, para dejarlos trabajar, los cuicos exigen su mochada a pesar que dichas empresas cuenten con todos sus permisos en regla.
El argumento que los maleantes esgrimen es:
-Pues sí, pero si quieres que todo se aclare me tienes que acompañar a la delegación… y en lo que vamos, junto con tu staff, ya perdiste todo ese día… ¡y, es un día de filmación! Así que mejor caite…- dicen los corruptos que, con su actitud, dejan en grave predicamentos a una industria que genera miles de empleos diarios. Y, además, exhiben a los mexicanos como a corruptos de lo peor porque muchos de esas producciones son de empresas internacionales, quienes llegan aquí en búsqueda de calidad a buen precio.
Se trata de una situación que nos está dando en la madre porque lastima a la economía y a la imagen del país. Y yo tengo la fórmula para acabar con ello de forma casi inmediata: propongo que, cuando lleguen los corruptos por su chayote, la productora en turno los entretenga al mismo tiempo que teclea un número de emergencia, (por ejemplo el 007), sin tener que decir nada más.
Al recibirse la señal de alarma en una central, montada ex-profeso, de inmediato saldrá de la misma una motocicleta que, en cuestión de minutos, llegará al lugar de los hechos, se identificará como inspector de la Comisión de Filmaciones, sacará un Smartphone y dirá a los policías abusivos:
-Usted puede decir y hacer lo que quiera, solo que lo voy a filmar por cuestiones de anticorrupción. Usted, (Sr. policía), actúe como considere lo correcto… solo que su proceder ya está siendo grabado en nuestra central: si después de que el juez califique su proceder encuentra que usted hizo lo correcto, no hay problema… pero si la productora cuenta con todos los permisos, será usted destituido y su jefe será cesado de forma temporal en lo que se realiza la investigación del caso. Usted decide, dirá maestro inspector. Les garantizo, señores de Morena, que esa vergonzosa corrupción se va a acabar de la noche a la mañana-
Pero, dirá el de junto… ¿con qué dinero se les va a pagar a la brigada de inspectores-motociclistas? Con el que fuera el otrora sueldo del Comisionado que, como voy a ser yo, ya dije que NO voy a cobrar. A mí no me hace falta lana: lo que quiero es que mi país mejore.
Ojo: Sra. Claudia Sheinbaum y Sr. López Obrador, se trata de una solución como las que ustedes han venido solicitando. Con el apoyo de la gente que cree que las cosas tienen remedio y que no va a costar nada más. ¿Qué me dicen?
Me llamo Antonio Delius y mi teléfono para recados es el 5590-7493… ¡claro que se puede acabar con la corrupción! El chiste es meterle la creatividad suficiente al asunto. Como ésta.