Con la llegada de Bilbo nos atrevemos a predecir que los días de las centrales de medios deshonestas, como proveedores de publicidad exterior, están contados.
Desde que hace ya algunos años las centrales o agencias de medios se dieron cuenta de que la única forma que ellas tenían para hacerse de más y nuevos clientes era bajando sus precios, léase comisiones, casi toda esa categoría de negocios cayó en una carrera que no ha cesado. Porque, pronto, esas agencias de medios llegaron al absurdo de no cobrarle al cliente, aparentemente, ni un solo centavo por el manejo de sus cuentas. Y se fueron sobre los medios a los que exigen condiciones, para comprarles, francamente depredadoras.
Hace algunos años, en conversación al respecto con un inglés, director de la agencia Mind Share para América Latina, él me dijo que su agencia cobraba a sus clientes empezando por crear un equipo de cuentas, con los especialistas que fueron necesarios, cuyos sueldos se sumaban para crear una primera cantidad. A ello se añadía otra suma por gastos indirectos y otra más, como utilidad para la agencia. El resultante era –y al parecer en pocos pero muy honrosos casos sigue siendo- lo que el anunciante pagaba mes a mes a su agencia de medios quien, se supone, por ninguna razón debía cobrar nada más porque ya estaba cobrando lo justo y negociado.
Solo que, en la práctica, sólo unas cuantas agencias de medios cumplen con las reglas de honestidad, porque con los dineros en la mano, puedo demostrar que la mayoría de ellas, transnacionales y nacionales, se llenan los bolsillos de manera ilegal.
Ahora mismo, recién nos venimos a enterar de que la cuenta de Coca–Cola acaba de despedir a su anterior agencia porque descubrió que la misma, no obstante de tener un salario – iguala, cobraba a los medios una comisión del 23%, más un rebate, más un 25% de bonificación. Cantidades que, en ningún caso se rembolsaban al anunciante: lo caído, caído. Las transnacionales del ramo, en su mayoría, no lo hacen en sus países, pero sí lo vienen a hacer aquí a sabiendas de que, en su tierra, ello les costaría la cárcel… ¡viva México!
Pero no cantemos victoria porque en Coca-Cola, que ya cambió de agencia de medios, la nueva, al fin mexicana, ya está pidiendo a los proveedores iguales o más fraudulentas sumas por abajo del escritorio. Al menos eso dicen los medios.
Porque además y muy a menudo, el último eslabón de la contratación, el ejecutivo “B” que es quien batalla con el medio y que por lo general es un becario de salario mínimo, pide también su mochada, su embarrada que le permite llevar una vida ostentosa a pesar de su salario de hambre… ¿es que las agencias no se dan cuenta?
Como es lógico suponer, tanta corrupción ya tiene hartas a las marcas, quienes se han dado ahora a la tarea de buscar las herramientas para acabar con las transas de cada día. Y ya son varias las que las han encontrado en Bilbo.
Bilbo es una empresa que utiliza la más avanzada tecnología digital para ofrecer a sus clientes potenciales la mejor alternativa de compra, en pantallas digitales outdoor o indoor, en cualquier momento y en cualquier lugar dentro de la República Mexicana.
Para ello, Bilbo se dio a la laboriosa, más no imposible tarea, de elaborar un censo con todas las estructuras publicitarias a base de pantallas digitales que funcionan en México: y cuando decimos todas, son todas. Las que están en la vía pública, en centros comerciales, en aeropuertos o centrales de autobuses, en restaurantes, (como en Casa Toño), etcétera. En donde exista una pantalla digital que exhiba publicidad es porque ya la tiene registrada Bilbo. Con esa impresionante base, el cliente puede llegar y decir, por ejemplo:
-“Soy fabricante de jabones y mi temporada de ventas va de abril a julio de cada año. Y necesito una campaña en exteriores, que puede ser en azoteas, a nivel banqueta o en indoor, en las 20 principales plazas del país conforme a la lista anexa. Mi presupuesto, en función de ventas, es tanto y quiero la mejor campaña en cada localidad, empezando a las cero horas de tal día y terminando a la misma hora cuatro meses después. Ah: y para variar, necesito el plan para mañana, con la posibilidad de cambiar los artes cada semana…”- vamos a suponer que diría un cliente como hay muchos.
Con el programa de Bilbo, que ésta empresa instala también en las computadoras del cliente y de forma gratuita, todas las necesidades antes mencionadas quedan resueltas en menos de una semana, con la ventaja adicional de que se tiene además la medición de tráfico, vistas e impactos de cada sitio. Todo a partir de 50 pesos diarios.
Y siempre con la capacidad de poder cambiar de ubicación en cualquier momento. P. ej. supongamos que el anunciante quiere estar justo en el recorrido que hace la caravana de carros alegóricos, año con año, durante el Carnaval de Mazatlán. Con el programa de Bilbo es posible estar en todas las pantallas a esas horas, esos días y nada más. Porque, insisto, si así lo quieres, puedes pagar incluso con tarjeta de crédito, querido lector.
Y ojo: hago hincapié en que el cliente paga.
Dentro del esquema comercial de Bilbo, las agencias de medios regresan a su tarea principal como ejecutivas de la pauta y con total transparencia hacia sus clientes. Porque Bilbo hace las negociaciones de forma directa con el anunciante, (el 80% de los clientes de la empresa ya son de esa categoría), quien es el que aprueba el presupuesto y paga la cantidad convenida pudiendo, si así lo decide porque el programa lo permite, llevar el día a día de todos los detalles de la campaña.
En todo lo cual la agencia puede intervenir como asesora, pero sin que eso cueste más nada porque todo queda resuelto en el momento mismo en que la marca aprueba el plan. De hecho la factura del caso es directa de Bilbo al anunciante.
Parece un sueño pero no lo es porque la tecnología lo ha hecho posible.
- Contacto:
Bilbo
Tel. 521 84 4484 6422
At´n. Guillermo Vélez
guillermo@bilbo.mx
Fernanda Saenz Carmona, Guillermo Vélez Sánchez y Diego Vélez Sánchez son especialistas en estrategias digitales. Sin cumplir aún los 30 años de edad, ellos encarnan a una nueva generación de mexicanos que no solo conocen a la tecnología sino que, además, sabe cómo aterrizarla para encontrar las soluciones que el mercado plantea. Así, de forma específica en la industria del anuncio exterior, los creadores de Bilbo han desarrollado ya el optimizador necesario para que cualquier interesado pueda, fácilmente, contratar el o los anuncios óptimos para sus necesidades: los mejores. Y al decir el mejor hablamos de la ubicación idónea, en el momento más oportuno y al mejor precio. Es increíble, pero es cierto.