Me gustaría conocer a sus autores.
Los hombres de letras, como yo, no podemos estar en cuarentena. Y no podemos porque de inmediato, a las primeras de cambio, se nos vencen las letras del coche, la pantalla de LED’S, el viaje a Cancún y otras cosas. A parte de la renta, desde luego. Así que, ante la imposibilidad de asistir a mi lugar de trabajo cotidiano y a la chorcha con los cuates, me quedé en mi departamento viendo TV, oyendo radio, leyendo diarios y feisbuqueando, (como dice Jiss y Trino), a toda hora.
Ya pasaron tres semanas de lo mismo y la verdad no sé cómo es que no me he muerto al oír y ver las porquerías, dizque campañas de comunicación social, generadas por el gobierno de la 4T, (4ch, sería), con el pretexto de la pandemia: porque eso es ya más un pretexto que la sana intención de prevenir la enfermedad.
¡Ya estamos hartos, me cae!
Lo bueno es que, al fin, las empresas y y otros organismos privados ya están reaccionado y ya están haciendo algo para superar el caos que armó el gobierno en los medios. Y cito dos ejemplos: la Asociación de Radiodifusores del Valle de México, (ARVM), está transmitiendo en las estaciones de todos sus afiliados un comercial que, palabras más o menos, dice: “En esta estación estamos dejando una sana distancia entre un comercial y otro para que usted disfrute más de la música. De igual manera, para prevenir el coronavirus, deje una sana distancia con los demás”.
¡Tómala cabrón!
Sin demagogia, sin bla, bla, bla, con creatividad. Directo a la memoria del público. Eso, en dos palabras, se llama tratar con profesionales. Algo que el gobierno no ha podido hacer en dos años porque AMLO es un sabelotodo.
Y el segundo ejemplo es Huevos San Juan: una empresa que ya antes nos ha sorprendido por su creatividad (recordemos la caja de huevo-maleta) y que ahora ha puesto en cada uno de sus productos la leyenda clave: “Cuídate”. Una sola palabra, que lo dice todo, donde el mensaje se lee a huevo. Una campaña, en millones de huevos, con la suficiente magia para llegar de forma individual a cada uno de nosotros… ¡esos son huevos me cae!