En medio de la tormenta perfecta y cuando, si fuera una película, los buenos enfrentan a una balacera justo cuando están cruzando un río y se les ocurre cambiar de caballo, a Grupo OMD decide darle las gracias a Riccardo Ferraris sin dar explicación creíble alguna. ¿Qué pasó…?
Con la idea de que los toros se ven mejor desde la barrera, a mí me parecía que el Sr. Ferraris estaba haciendo una estupenda labor, que era muy querido y respetado por todo su personal y, lo mas importante, los clientes confiaban en él (y miren que platicamos con varios de esos anunciantes).
Bajo esa perspectiva, queda flotando en el aire la excusa de siempre “el grupo no estaba teniendo buenos resultados”. O, peor aún, “el despedido era un profesional caro y se prefirió sustituirlo por alguien mas barato”.
Que cabe aclarar que estos son los pretextos ahora mas escuchados: se dijeron en voz baja, infinidad de veces cuando Haruyo Rodulfo salió de Wave make y se están dando ahora, junto con muchos otros dimes y diretes, con la llegada de Xepus Ginebra a OMD: la verdad es que a este último señor en su casa lo conocen y le urge una fuerte campaña de RP porque, así de entrada, cualquiera diría que le quedan grandes los zapatos.
Lo que los grupos transnacionales tienen que entender, ahora, es que México vive una crisis económica que dificulta mucho conseguir nuevos clientes: ahora todos quieren pagar lo menos.
Vivimos una recesión y las condiciones de los grandes corporativos deben de adecuarse a ellos: los señores se hayan bien a gusto, en sus escritorios de Nueva York y desde ahí se les hace muy fácil fijar objetivos y presupuestos que después no se concretan porque en la línea de batalla la realidad es otra.
Y la pregunta es: que van a hacer, el Grupo OMD y las demás transnacionales agencias de medios ahora, con la nueva Ley de Transparencia: en el momento en que se requiere de gente con experiencia y con habilidad para negociar se les ocurre sustituirla por personal mas barato o por entero desconocido en la industria.