Esta semana trascendió que ya existen seis (6) tiradores interesados en comercializar los espacios publicitarios dentro del nuevo aeropuerto AIFA.
También se supo que del otro lado del escritorio, por SEDENA, hay tres generales que del tema no saben ni papa por lo que no existen bases reales sobre las cuales licitar… ¡el desmadre de la 4T en su total apogeo!
Incluso trascendió que los espectaculares acerca de la Revocación, que aparecen un día y al siguiente los quitan de las vías rápidas de la CDMX están siendo colocados sin que le cuesten al gobierno: en el caso en los que se ha pagado una cierta renta ello ha sido con cargo a los bolsillos de los simpatizantes de Morena.
De todas formas, ya sea que los industriales los hayan colocado gratis, por cortesía de la casa, o con cierto cargo, a mí me parece que eso está mal porque es aliarse en cierto modo a la dictadura. Porque se trata de una acción fascistoide. Porque nadie nos garantiza que AMLO, después de ses remedo de revocación, el señor no nos salga con otra de sus burlas y que nos digan: “¿ya ven como quieren que me quede…? Pues ahora me sigo otro sexenio, (o más)”.
De última hora ha trascendido que esas colocaciones y/o exhibiciones en espectaculares, con la foto de AMLO han sido colocados, de cachucha, por las empresas interesadas en congraciarse con el gobierno para ganar alguna concesión en el nuevo Aeropuerto Internacional (¿?) Felipe Ángeles… ¿y para qué?
De acuerdo a las actuales normas de contratación de medios, estas deben darse en base a datos fidedignas, ya no se valen compadrazgos. Y, conforme al número de vuelos diarios, el AIFA solo va a recibir el 20% de los aviones que llegan al AICM: 8 Vs 41 respectivamente.
O sea que si por una pantalla en el AICM se pagan, por ejemplo, 100 mil pesos al mes, para el AIFA, sería un solo pago de 20 mil. Con la desventaja, además, de que el público que asista al AIFA se calcula que será en su mayoría arrastrado por la necesidad. A todo esto, queridos lectores… ¿ustedes ya conocen el nuevo Aeropuerto?
Échense una vuelta para que se acaben de desaminar.