La historia es una y no hay vuelta de hoja.
Cuando todavía era Gobernador del DF el trácala de Marcelo Ebrad, (porque el señor tiene mucha cola que le pisen), se pidió a ciertas empresas que quitaran sus anuncios espectaculares de alrededor de la Glorieta de Insurgentes para “limpiar” a esa área y colocar, mero en el centro de esa explanada, dos pantallas cilíndricas en donde se estarían proyectando por turnos anuncios de las empresas que accedieron a ese retiro.
Es más, se ofreció a esos industriales darles un Vo.Bo. inmediato para que ellos reubicaran lo que quitaron de la Glorieta. Así: las empresas iban a ganar doble: por un lado con la estructura reubicada y por otro con las proyecciones a las que tuviera derecho en las pantallas cilíndricas. Por cierto que el orden de proyección en dichas pantallas fue muy equitativo: el que más anuncios retiró le tocó más tiempo de proyección.
¿Y saben ustedes quién colocó esas dichosas pantallas cilíndricas?
Pues Grupo Rentable, de nuestro amigo Ricardo Escoto quien, a cambio de ese permiso, remodeló de su propio bolsillo a toda la Glorieta de Insurgentes, que ya era un asco y que ahora luce bastante bien gracias al patrocinio de nuestro amigo.
Solo que el Gobierno, para no variar, nunca cumplió con su promesa de aprobar nuevas locaciones para los espectaculares a reubicar y el acuerdo se rompió hubo gente que nunca se bajó: la primera en no aceptar esa “oferta” fue la Sra. Isabel Miranda de Wallace que ya sabemos cómo se las gasta, quien dijo que no se bajaba hasta no tener el nuevo permiso en la mano. Y como este nunca llegó, pues la señora ahí sigue. Al fin que se le da.
Más o menos ocho años después de tan interesante proyecto, que incluso alguien propuso replicar en otras zonas de la CDMX para copiar a Times Square de Nueva York, el Gobierno de la CDMX a cargo de la Dra. Claudia Sheinbaum (a) “la mamuchis”, decidió retirar a las tan traídas pantallas cilíndricas y así lo hizo durante la tercera semana de octubre pasado. En su discurso alusivo la doctora justificó ese retiro diciendo que “no es justo que los anuncios dejen tanto dinero y que no le llegue ni un quinto al Gobierno de la Ciudad”… ¡indimoder…! como decía mi maestro Germán Dehesa.
En síntesis: si el proyecto de la Glorieta de Insurgentes no funcionó, ello se debió al incumplimiento de los compromisos pactados por parte del Gobierno. De hecho esa es la causa de que el reordenamiento no avance en la CDMX: porque no se dan las licencias del caso. Por eso todos se amparan. Por eso no existe un Reglamento. Y si no hay reglamento quiere decir que todo se vale.
Qué bueno que La Mamuchis vea que en el exterior hay una buena posible lana… ¡claro que sí! Ojalá y las cosas cambien: porque el exterior es ya el mejor medio de este siglo XXI y como tal hay que tratarlo