Fue a mediados de julio del 2022 cuando, de un día para otro, aparecieron en el primer cuadro de la CDMX unos muebles urbanos como el de la foto, que de inmediato fueron ocupados por vendedores de comida chatarra y mil y una chucherías. Y ellos, los encargados, se negaron a responder a cualquier pregunta con el estribillo de “tendrías que preguntarle al patrón y él no está. Y quién sabe a qué hora venga”.
O sea que, para la 4T lo que ellos hacen sí está permitido aunque esté fuera de la ley. Porque, además, los dichosos muebles no exhiben su PATR por ningún lado… ¿qué nos está pasando?
La historia se remonta a un par de años, cuando, también de un día para otro, fueron retirados de la vía pública del Centro Histórico, 17 casetas para la venta de periódicos que operaba De Haro Medios, lo cual equivalió a un autorobo, ya que se considera que todas esas estructuras son propiedad del Gobierno de la CDMX.
La explicación dada por las autoridades fue que “querían sustituir los changarros por algo más digno y moderno”. Y, bueno, se tardaron más de tres años para ello, pero ya empezaron: ya pusieron 115 muebles de los 250 que se planean… y que aún no existen. Apenas los van a mandar a hacer. Es un programa piloto. Piloto del nuevo AIFA por eso va tan lento.
Aquí cabe señalar que el diseño de esos nuevos muebles es obra y gracia del arquitecto Bernardo Gómez Pimienta, quien remodeló Presidente Masaryk… y a quien, por lo que se ve, en el Centro Histórico de plano chafeó con su diseño.
Pero bueno: se espera que en dichos muebles la principal fuente de ingresos va a ser la publicidad… que en la zona está prohibida. Según SEDUVI, ahí no se permite publicidad en mobiliario urbano por lo que habría que modificar esos estatutos. Ojalá, porque eso significaría un indicio de pragmatismo en nuestras autoridades.
Mientras son peras o son manzanas, nuestro amigo Paco de Haro, presidente de De Haro Medios, opina al respecto: “que se respete la ley. A la nueva Ley, que luce muy atinada pero que aún falta que todos la respetemos”.