En la actualidad, el estudio de las propiedades de la materia en su escala más pequeña representa uno de los mayores motores del avance tecnológico y científico. ¿A qué nos referimos? Si hablamos de tecnología, por ejemplo, los expertos realizan estudios y manipulan materia en tamaños increíblemente pequeños y contribuyen a mejorar productos que la gente utiliza en su vida diaria.
Específicamente en la medicina, se ha utilizado la nanotecnología para la creación de fármacos que permiten mejorar la calidad de vida de las personas. Con todo esto, podemos notar que, incluso en lo más pequeño, podemos encontrar grandes beneficios.
Aspirina® es un claro ejemplo de esto.
Desde 1899, ha ofrecido una solución sencilla pero poderosa ya que ha implementado nuevas tecnologías utilizando micropartículas de ácido acetilsalicílico que permiten una absorción más rápida y en consecuencia un alivio más rápido. Podríamos decir que la Aspirina por sí misma, ya podría considerarse un botiquín, ya que no solo alivia el dolor de cabeza, sino también ayuda en el alivio de dolores dentales, articulares y musculares.
Pero, aun así, la marca ha estado buscando algo más que pueda ofrecerles a las personas para que puedan llevarla a donde sea de una forma muy práctica. Para ello, desarrolló el concepto del “Botiquín más Pequeño del Mundo”, una iniciativa que presenta una caja diminuta que se puede colocar en cualquier lugar en donde alguien pueda necesitar alivio.
Como parte de esta iniciativa, también se realizaron dos murales en la CDMX ubicados en José Vasconcelos 117, San Miguel Chapultepec y en Avenida Chapultepec 68, Colonia Doctores. Esto, con la finalidad de que las personas pudieran conocer, tomarse fotos y recibir su botiquín.